Supón que lo que temes
pudiera atraparse
y custodiarse en París.
Entonces encontrarás
el valor para ir
a cualquier lugar del mundo
Todas las direcciones de la brújula
se abrirían ante ti,
salvo los grados a este u oeste
del verdadero norte
que conduce a París.
Pero, aunque no te atrevas
a pisar las fronteras de la ciudad,
tampoco deseas quedarte en una colina
a millas de distancia
y mirar cómo crecen las luces de París
al caer la noche.
Sólo para sentirte a salvo
te vas definitivamente de Francia.
Pero el peligro,
hasta de esas fronteras
parece cercano,
y sabes que la parte más huraña de ti
vagará de nuevo por el mundo.
Necesitas un amigo capaz de
adivinar tu secreto y decirte:
"Ve antes a París"
Marsha Truman Cooper