jueves, 24 de mayo de 2012

El pensamiento permanente

-Soy desgraciado- dijo el discípulo al maestro- Mis deseos no se realizan. La mujer que amo no quiere saber nada de mí. Los grandes poemas que estaban destinados a ser asombro de todos, no brotan de mi pluma.. Envejezco. Estoy gordo, feo y enfermo. Mi vida es vulgar y miserable.
- Has de saber que esos pensamientos no te pertenecen a ti, sino a los tres gusanos que todos tenemos en el interior, y que nos corroen por dentro desde el momento de nuestro nacimiento -explicó el maestro-
-Yo no creo en esas viejas leyendas de la alquimia taoísta- dijo el discípulo.
-Entonces permite que te regale un pensamiento permamente- dijo el maestro- Cada vez que te vengan a la cabeza esas ideas negras, intenta imaginar cómo verás esta vida que tienes ahora cuando estés muerto y seas un espíritu.


El perfume del Cardamomo (Andrés Ibáñez)


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